Las algas en el mar hacen exactamente el mismo trabajo que las plantas en tierra: Se estiran en busqueda de la luz de para realizar mejor la fotosíntesis y así crecer y multiplicarse.
Puede que tengan una imagen de lo que son las algas, formada por sus propias experiencias. Por ejemplo, los asocian con contactos desagradables bajo el agua, o con cantidades de vegetación podrida en la playa. Otros pueden ver las algas como un suplemento alimenticio, una fuente de minerales o simplemente como una fuente de nutrición.
Introducción:
Para anticipar lo más importante: Las algas y las algas verde-azuladas en el mar producen tanto oxígeno como las plantas en la tierra y posiblemente incluso mucho más!
En general, las algas ofrecen muchos valores positivos para nosotros, muy diferentes entre ellos. El punto más importante para mí -además de la enorme diversidad- es la producción de oxígeno y de parte de la biomasa que sirve de base para toda la vida marina que conocemos. Sin las algas, nuestra vida sería diferente. Las selvas tropicales son ciertamente importantes, las algas tal vez aún más.
Una parte de la capacidad de producción y otras funciones «vegetales» importantes son asumidas por las hierbas marinas, lea más aquí.
Un incentivo para que finalmente terminara el artículo sobre las algas fue la pregunta de uan amiga muy interesada: que si había oído «lo saludable que sería el alga roja» y «si ésta también crece por aquí». Me sorprendió descubrir que incluso en el blog de nutrición de la revista Geo, «el alga roja» se presenta como algo uniforme. Hay más de 6000 especies diferentes de algas rojas, más de 300 de ellas en la lista de especies canarias. Decir que son sanos es comparable a decir que los mamíferos son amantes de la paz. La mayoría de las algas tienen un alto contenido de minerales, lo que es positivo para nosotros, pero algunas almacenan una cantidad desmesurada de yodo. Otras no son nada recomendables para el consumo por otras razones, y comerlas en la misma playa no se lo recomiendo a nadie.
En las Islas Canarias se está investigando, entre otras cosas, el papel de las especies o familias en el ecosistema, si la cría de diferentes especies es posible y rentable, si los métodos naturales podrían ser eficaces como antiincrustantes en los cascos de los buques y si sería posible su uso farmacéutico. Por regla general, las praderas de algas, al igual que las praderas de hierbas marinas, deben protegerse a fin de proporcionar zonas de alimentación, escondites y zonas de desove adecuados para las poblaciones de peces diezmadas.
Los organismos marinos fotosintéticos utilizan el agua, el CO2 y la luz como base para construir sus células y tejidos. En términos simples, podríamos dividirlos en dos grandes grupos:
Algas planctónicas:
En aguas abiertas viven principalmente bacterias autótrofas y pequeñas algas planctónicas, que no podemos ver por minúsculas. La inmensa mayoría de las especies de algas del mar pertenecen a este grupo, la biomasa de todas las algas planctónicas es mucho mayor que las macroalgas y su participación en la producción de oxígeno es aún más importante. Por supuesto que estoy cometiendo un ultraje si no los dignifico dividiéndolos en grupos como el siguiente, pero nuestro problema es que no podemos ver estos organismos y hay un número inmanejable… Sólo los especialistas pueden normalmente hacerlos visibles y explicárnoslos.
En las muestras de plancton que tomamos aquí ocasionalmente, encontramos principalmente diatomeas, dinoflagelados y foraminíferos. Probablemente no podemos ver los cocolitóforos, que tienen un tamaño de sólo unos pocos micrómetros, ni siquiera con un buen microscopio y tampoco se pueden ver muchos componentes del plancton bacteriano, que suele ser aún más pequeño.
En cualquier caso, es esencial no perder de vista la importancia de este grupo si queremos asegurar nuestro futuro. Como son tan difíciles de acceder, las consecuencias de nuestras acciones, si se ven afectadas, pasarán desapercibidas por el momento. Les recuerdo en particular la descarga no discriminatoria de sustancias tóxicas al mar.
Desafortunadamente, sólo una especie planctónica ha logrado penetrar en la conciencia humana en los últimos años: La Trichodesmium erythrea, más conocida como «microalga» se hizo famosa en el 2018, cuando se relacionó una floración inusualmente larga con una plaga y se la asociaba con la descarga de aguas residuales, lo que fue rechazado en gran medida por la comunidad científica con razón.
Macroalgas:
En las costas rocosas estables encontramos algas más grandes y algas marinas con organos que parecen raíces, tallos y hojas.
Como los nutrientes sólo están disponibles en cantidades limitadas aquí en las Islas Canarias, no encontramos grandes bosques de algas en nuestras costas, como por ejemplo en Galicia, pero aquí también hay un gran número de macroalgas. Dividimos las especies más comunes y visibles aquí en 4 grupos. A continuación encontrará una galería con las especies más comunes.
Cianobacterias o algas verdeazules
En realidad, la mayoría de ellos son unicelulares o filamentosos. Pero algunas forman colonias tan grandes que podemos verlas bastante bien. La mayoría de ellos forman pequeños globulos, recubrimientos muy finos en tierra firme, o acumulaciones en forma de hilos. No son las algas más atractivas, se podría decir. Sin embargo, son mucho más capaces de fijar el nitrógeno elemental del aire o del agua que las algas «normales». El nitrógeno en forma de nitrato es uno de los fertilizantes importantes, elemental para el crecimiento de todas las algas. Las algas verde-azuladas convierten el nitrógeno elemental, que no es utilizable por las otras algas y se presenta en masa como un gas, en nitrato. De esta manera enriquecen el sistema, similar a muchas bacterias en tierra que viven en simbiosis con las plantas superiores.
Además, prosperan en las zonas de marea superior extremadamente hostiles, donde las algas apenas pueden existir en otros lugares, y así ofrecen a muchos burgados su alimento.
Algas pardas
Las algas conocidas como Kelp de las aguas templadas, que llegan a formar verdaderos bosques, pertenecen a las algas pardas, más precisamente a la familia de las Laminariáceas. Estas incluyen las algas comestibles Kombu y Wakame.
En nuestras islas existen otras familias, entre ellas las Fucáceas, que ocasionalmente aparecen en masas bastante densas, con un tamaño de unos 10 a 50 cm de alto. Fucus vesiculosus es una de las especies de aquí que también se puede encontrar en Europa. Los géneros Cystoseira y Dictyota, por otro lado, están muy extendidos, con varias especies. No todas las algas pardas son también marrones, Padina pavonica por ejemplo se ve más bien blanquecina.
El alga pardaTreptacantha abies-marina, que hasta hace poco se situaba en el género Cystoseira, ha sufrido un enorme declive. La extensión de esta epecie de algas algo ásperas que vive sobre todo en las zonas batidas y que forma densos mini-bosques ha disminuido de 928 hectáreas en el decenio de 1980 a 7,4 hectáreas en 2017. Como había proporcionado alimentos, escondites y espacio de asentamiento para muchos organismos, se considera que el sistema se ha empobrecido enormemente.
Algas rojas
Las algas rojas dominan especialmente en lugares donde hay poca luz. Están equipados con los pigmentos adecuados y alcanzan una profundidad máxima de 40 m. Como ya se ha mencionado, las algas rojas parecen haber pasado al centro de los blogs médicos. El género Porphyra, conocida como Nori, se encuentra raramente aquí, pero está presente con 4 especies. El alga roja Asparagopsis que se muestra arriba se encuentra a menudo en aguas muy poco profundas con dos especies. Tal vez incluso más conspicuas son las especies calcáreas como Jania o Galaxaura o las realmente duras Corrallinaceas que crecen tapizando las rocas. Estas últimas pueden encontrarse, por ejemplo, en el «sotobosque» de otras algas o debajo de salientes y piedras. Si se voltean las piedras, las algas calcáreas reciben demasiada luz y se blanquean. Entonces los restos calcáreos permanecen como una capa blanca en las rocas.
Algas verdes
Las algas verdes suelen ser bastante fáciles de reconocer por su color, pero también hay algunas algas rojas y marrones que adquieren tonos verdosos. El verde brillante de la lechuga del mar y las Enteromorpha intestinalis son llamativas y normalmente fáciles de distinguir. A menudo aparecen donde la cantidad de nutrientes es mayor, es decir, cerca de la boca de un barranco o en las entradas de aguas residuales.
Galería:
