Los Orthopteros abarcan varios grupos de insectos que saltan. Son criaturas como saltamontes, langostas, grillos o similares.
Las patas traseras de estos insectos alargados se han transformado en patas saltarinas. Las alas delanteras están endurecidas y cubren las alas traseras en posición de reposo. Se dividen en Ensifera, insectos de antenas largas como los grillos y los saltamontes longicornios, e Caelifera, insectos de antenas cortas como los grillos y las langostas migratorias. Hay 81 especies en las Islas Canarias, 31 de las cuales son exclusivas.
En los Ensiferos, las antenas son más largas que el cuerpo. Las hembras tienen un ovipositor muy pronunciado. Producen chirridos frotando sus alas delanteras. La localización de estos sonidos se hace por medio órganos sensibles al sonido localizados en las tibias de las patas delanteras. Algunas se alimentan de plantas, otras son depredadores.
El saltamonte longicornio (Decticus albifrons, 4 cm) se parece a Decticus verrucivorus (ver foto de un ejemplar no muy maduro en la parte superior), pero no es de color verde.
Phaneroptera sparsa (ver foto de la cabeza arriba), crece hasta unos 2 cm de longitud. La característica típica de este grupo es la espina dorsal de la hembra en ángulo recto y doblada hacia arriba.
La especie Calliphona koenigi vive en los bosques de laurisilva y en los alrededores de Tenerife. Especies estrechamente relacionadas viven en La Palma y Gran Canaria o La Gomera.
El grillo de campo (Grillus bimaculatus, hasta 3 cm) en la foto es una hembra, que se reconoce claramente por el largo ovipositor en el extremo posterior. Sólo los machos tienen los órganos necesarios para producir el chirrido característico de los grillos, dependiendo de la altitud y la temperatura esto ocurre principalmente en los meses de verano. Se puede distinguir entre las canciones de señuelo, que suelen consistir en 4 eventos sonoros individuales, la canción rival muy corta y la canción de amor, muy larga.
Los grillos son omnívoros nocturnos que viven en los pasillos del suelo. El grillo común (Acheta domesticus) también se encuentra aquí, junto con otras 19 especies.
Como en los saltamontes, los estadios larvarios aún no están equipados con alas completas. Este macho adolescente es una ninfa del grillo de campo. Se había escondido cerca de Las Hayas bajo un remanente de una raíz de brezo.
Caelifera
Este grupo tiene antenas con un máximo de 30 miembros, a veces en forma de palo, casi todos pertenecen a la familia de los Acridida. Producen sus sonidos frotando una pata trasera contra las alas delanteras.
Uno de los herbívoros, Calliptamus plebejus, de 28 mm, se encuentra a menudo de junio a octubre en las zonas secas. Calliptamus barbarus se puede observar en Lanzarote.
El saltamontes de alas azules (Oedipus canariensis) es una de las especies más comunes en las regiones secas. Gracias a su buen camuflaje, normalmente sólo se ve cuando levanta el vuelo. Su coloración varía de un gris claro a tonos rojizos con sombras muy oscuras. También existen especies similares de alas rojas. Se puede confundir fácilmente con otro saltamontes de alas azules (Sphingonotus caerulans).
Entre las zonas secas y los humedales, se encuentra ocasionalmente el saltamontes verde (Aiolopus thalassinus).
En tiempos pasados, las plagas de langostas se han observado una y otra vez en las Islas Canarias. Las langostas migratorias incluyen todas las especies de la familia Acrididae, las langostas de campo, que se presentan en dos formas diferentes. Principalmente son los fenómenos meteorológicos los que desencadenan el cambio. Si después de un período seco prolongado llega un período de suministro abundante de alimentos, se libera serotonina, los saltamontes comienzan a comer mucho, desarrollan alas más grandes y se aparean con más frecuencia. Al final, a veces se forman enormes enjambres. En esta fase se llaman langostas y pueden dejar limpias enormes áreas.
En las Islas Canarias, hay un género con saltamontes sin alas, Acrostira. Estos «peatones», de distribución limitada, han desarrollado sus propias especies en cada una de las islas, que se encuentran en hábitats muy pequeños. La Acrostira euphorbiae de La Palma vive en sólo 20 kilómetros cuadrados y, por lo tanto, se considera «en peligro crítico». En la foto se puede ver la especie de La Gomera (Acrostira bellamy), que se encuentra principalmente cerca de la laurisilva, en bosque termófilo del norte y en la región de las euforbias. Hay un enlace interesante aquí.
